La Chica Del Tren
- Israel Santiago
- 24 mar 2017
- 2 Min. de lectura
"Un puzzle de apariencias"

Considero más que acertada la decisión de los responsables de este film de concederle el papel protagonista a la bella Emily Blunt en lugar de a la inicialmente prevista Kate Mara porque en los ojos de la primera habita un universo de sentimientos que domina y expresa a la perfección. Su personaje está impregnado de amargura, soledad y confusión y a través de la ventana de un tren que toma a diario se atormenta viendo la supuesta felicidad de determinados personajes que pasarán a formar parte de una elaborada trama que ya forjó la escritora Paula Hawkins en su novela homónima y que Erin Cressida Wilson se ha encargado de adaptar de forma fiel para la gran pantalla.

Toda la historia de la película nos la muestra su director,Tate Taylor, de forma caótica y desordenada como un puzzle el cuál nosotros debemos asumir el reto de recomponer no sin antes volvernos locos con flashback que juegan con las apariencias y dialogos que se prestan a ser mal interpretados, hasta la propia protagonista duda de su inocencia debido a su constante estado de embriaguez y las lagunas mentales que padece.
Me gusta que el suspense sea tratado de manera distinta a lo mil veces visto y este poco experimentado director (este es el cuarto film en su filmografía) lo consigue de forma más que solvente diría yo.
Sabe manejar los tiempos y hacernos conservar el interés por la película de forma que cuando el ritmo resulta demasiado pesado y puede inducirnos a la somnmolencia nos desvela algo que reaviva nuestro interés y así nos va conduciendo, como si fueramos pasajeros de ese tren en el que viaja Rachel (Emily Blunt), hacia el magistral final que ,como pasa siempre, muchos presumen haber intuido.
Esta es una historía que rinde pleitesía a las mujeres, queda bien claro ante las vicisitudes sufridas por el trío protagonista y cuestiones planteadas tales como; Divorcio, Imposiblidad de ser madre, Maltrato, Machismo..
Mencionaba anteriormente los ojos de Emily Blunt y es que resulta impresionante la enorme variedad de registros que esta actriz ofrece pasando a convertirse en un ser sumido en el alcoholismo y la pena teniendo a esos dos inmensos "faros" azules como la máxima expresión de su estado anímico.

Decía el maestro Hitchcock que “Para hacer una buena película sólo necesitas tres cosas: el guión, el guión y el guión”, yo no soy tan radical y me atrevo a asegurar que sin una buena actriz que te pellizque el alma ni un director que haga amena su obra de poco vale que solo funcione el guión. Por lo tanto prefiero el trabajo en equipo y me despido con una de mis inevitables citas; “Los cinco dedos separados son cinco unidades independientes. Ciérralos y el puño multiplica la fuerza. Ésta es la organización” James Cash Penney.

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